ONE NIGHT STAND

Música a tope, alcohol corriendo por tus venas, humo de cigarros y de otras sustancias suspendido en el aire e invadiendo la estancia, la cabeza en otro lado, el roce de vuestros cuerpos, un beso rápido y fugaz, y después otro, y después otro más, a cada cual más apasionado. Sus manos recorriendo tu cuerpo entero, respiraciones entrecortadas, corazones desbocados, dos desconocidos cariñosos o faltos de cariño divirtiéndose por una noche.
Dos desconocidos que no creen en el amor, o simplemente ya no lo buscan, que se besan con ansiedad y disfrutando al máximo, ya que sabéis que ésa será la primera y última vez, descubrís a la otra persona, como besa, como toca, como acaricia. Besáis para olvidar o para no recordar, por impulso, por los efectos del alcohol o por un calentón. Dios sabe por qué, que mas da, vivís el momento, disfrutáis cada instante al máximo, sois jóvenes, no dejéis de serlo.



Ya basta de hacerme daño. Ya basta de pasártelas todas, una tras otra, indiscriminadamente, solamente por el hecho de que te quiero muchísimo, por el hecho de que pienso en ti y siento un escalofrío que me recorre entera, porque se me acelera el pulso. Se me va la puta olla contigo joder, tienes un no sé que que me encanta. Y cuando estamos solos y estamos bien, cuando nos reímos como críos y hacemos el gilipollas, se me para el mundo y soy feliz, cuando nos comemos a besos, cuando siento tu mano en mi espalda acercándome a ti para tenerme mas cerca... Te juro que me quedo tonta, todo lo que me haces sufrir se me olvida de repente, cada lagrima que he llorado por ti deja de pesarme. Porque me vuelves gilipollas... Y no puedo seguir así. Odio quererte tanto, enserio te digo que me odio a mi misma por aguantarte tantas cosas solo para poder tenerte un rato, y hasta aquí hemos llegado.

El amor es una enfermedad

En 1924 un médico llamado François Boisent enumeró una a una todas las anomalías físicas y mentales que se producen cuando una persona se enamora. Al principio, aseguraba Boisent, el enamoramiento tiene numerosas similitudes con procesos gripales: estado febril, dilatación de pupilas, palpitaciones, sudoración, temperatura alta y disminución de pensamiento periférico.El mal de amores cursa los primeros días como un catarro, pero a lo bestia, hasta que el paciente se habitúa a la presencia de la persona amada. Después, los síntomas, en lugar de remitir como sucede en los procesos gripales, se multiplican: el enamorado pierde el apetito, pasa las noches en vela, con gran ansiedad, y se entrega al aislamiento y la soledad. Y aunque el paciente sabe lo que le está pasando, no hay antibiótico ni antigripal que le alivie. La vida sin la persona amada se convierte entonces en un infierno. En función del organismo afectado, su periodo de recuperación puede ser de unos días o convertirse en una enfermedad crónica. Un desasosiego para toda la vida.

-Los hombres de Paco.-

Lucy in the Sky with Diamonds


Él es como una buena canción de los Beatles, como un cigarrillo en tu cuarto con la música a tope, como un porro un viernes por la noche, como una mañana en casa viendo llover con un café entre las manos, como la Sonata Claro de Luna de Debussy bien tocada en un piano de cola, como dormir con la persona a la que quieres, como que te despierten con un beso, como las calles iluminadas por las luces de Navidad, como ir en coche con las ventanillas bajadas sintiendo el viento en tu cara, como las vacaciones de verano, como saborear un chicle de USA, como pedirle un deseo a una estrella fugaz, como un beso después de mucho tiempo sin vernos, como la primera nevada del año, como el olor a lluvia después de una tormenta, como un chupito de tequila, como saborear una onza de chocolate deshaciéndose bajo tu lengua, como adrenalina corriendo por mis venas, como la mañana de Reyes, como droga.

¿A qué juegas?
Yo también sé pasar de ti, solo que prefiero no hacerlo porque valoro más los increíbles aunque escasos ratos que me dedicas. Podría intentar ponerte celoso, pero prefiero abrazarte a ti que a ningún otro tío. Otra opción sería putearte, pero te quiero demasiado como para poder hacer algo que te lastime. También podría hacerte el vacío, y que sintieras lo que siento yo todos los días cuando a veces pasas de mí, y otras eres lo más tierno del planeta Tierra, pero la verdad es que no se lo deseo a nadie.
Así que si de verdad me quieres demuéstramelo, déjate de jueguecitos. Por que te recuerdo que eres tú el que no sabe. Y desde luego que no sabes... no sabes con quién estas jugando.
Deja ya de rozar el límite. Porque te quiero y me haces daño.


Sisi, yo seré tu primer plato, pero para ti ella es el postre. Yo soy la gilipollas que te quiere - y tu te dejas querer -, y ella la chica de tus sueños.
¿De verdad me merece la pena el perder el tiempo queriendo a alguien que quiere a otra?